Se nos ha vuelto costumbre.
Cada marzo las pantallas y portadas se llenan de números, tasas, índices.
De las mujeres que nos quitaron,
de lxs compañerxs que nos arrebataron,
de las que sobrevivieron para contarlo.
El recrudecimiento de las tramas de violencia, tortura y muerte contra las mujeres y disidencias es un hecho material del cual no podemos seguir renegando.
Reclamamos al Estado, pero no alcanza.
Exigimos nuestros derechos, pero no alcanza.
Transmutamos de nombre/de sexo/de género/de compañerx/de rótulos, pero tampoco nos es suficiente.
Cambiamos de empleo/de trabajo/de ocupación, pero el panorama es el mismo.
Es este hoy que nos sabe a tan poco.
¿De qué hoy hablamos? Como seres humanos estamos constantemente produciendo y reproduciendo nuestras capacidades creadoras, creativas, analíticas, inventivas. Fuerza-humana, fuerza-madre. Aquí las preguntas se nos imponen para definir nuestro
proyecto: ¿en qué sentido desplegamos esas capacidades humanas?
¿De qué manera las convertimos en fuerza que rebalse lo instituido, desacomodando eso que se nos aparece como moneda corriente?
El orden social del cual somos parte expropia de valor y de poder a todo ser. Por ello no hay existencia feministas posible sino la construimos como respuesta al problema global.
En este 8 de marzo, «Día internacional de las Mujeres trabajadoras», reivindiquemos el trabajo en pos de otro trabajo donde nuestras capacidades creativas estén al servicio de otra humanidad. Aceptemos nuestra responsabilidad de concebir y de dar a luz. Esa responsabilidad que, en realidad, es la de todos los días: parir desde y con nuestras entrañas otro tejido de relaciones sociales que materialice esa nueva humanidad.
Ya no nos queda tiempo para soñar.
Queremos ser mujeres y varones que trabajen en comunidad constituyendo un mismo suelo, el de la lucha. Pero para constituir ese mañana, hay que trabajar hoy. Desde el presente condicionamos nuestro futuro.
Lilit y Adán: nacidxs del mismo barro,
compartiendo sus espaldas,
habitando lo fundamental.
Compañerxs en lucha.
Lucha, denominador común del pueblo.
«Vivimos en tiempos interesantes». Tiempos que apremian una vida distinta.
Tiempos en los que nos cansamos de que nos maten, exploten, violen, torturen, deshumanicen.
Que esta incomodidad en la que nos encontramos sea el motor para generar nuevas condiciones.
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